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Mojito cheesecake


Este fin de semana se celebraba la festividad de Santiago Apóstol, pero en lugar de hacer la típica Tarta de Santiago (muy rica, por cierto), decidí reelaborar una tarta que hacía mucho tiempo que no preparaba para la paella familiar que hicimos (concretamente desde el verano de 2013...), y que era una tarta de queso estilo mojito, ideal para el verano porque no se necesita horno y que, además, suele gustar a todo el mundo (¿¿a quién no le gustan las tartas de queso??), y, aunque por el nombre lo parezca, no lleva alcohol...

La receta que hice ya unos cuantos años la publiqué en mi antiguo blog, así que quise rescatarla pero modificándola un poco en cuestión de ingredientes y proporciones. Aquella la hice en un molde de quiche que era bastante grande y en esta ocasión lo he hecho en uno desmontable de 22 cm. La base de galleta la he dejado tal cual estaba porque me parecía correcta, pero el relleno sí que lo he cambiado. La verdad es que no recuerdo exactamente el sabor de aquella tarta pero esta nueva versión me ha gustado bastante, por lo que seguramente la repita en más de una ocasión (para no olvidarme de ella... jejeje).

Ingredientes:
- Un paquete de galletas tipo María (aprox. 200 gramos)
- 150 gramos de mantequilla sin sal
- 5 hojas de gelatina
- 450 gramos de queso crema tipo Philadelphia
- 400 ml de nata líquida
- 150 gramos de leche condensada
- El zumo y la ralladura de una lima
- Unas gotas de aroma de ron (de venta en tiendas de repostería especializadas)

Elaboración:
1. Empezamos preparando la base de galleta: para ello, en un procesador de cuchillas, trituramos las galletas hasta reducirlas a polvo. Por otro lado, fundimos la mantequilla en el microondas hasta que esté líquida y lo mezclamos con el polvo de galleta.
2. Cubrimos con esta mezcla la base de un molde desmontable de 22 cm de diámetro, procurando que quede la superficie lo más nivelada posible. Yo lo que hago es ayudarme con el "culo" de un vaso.
3. Metemos el molde al frigorífico mientras preparamos el relleno.
4. Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua fría.
5. En un cazo, vertemos la nata líquida junto con la leche condensada y removemos bien hasta mezclar. Llevamos el cazo al fuego y calentamos pero sin que llegue a hervir, es decir, lo justo para que la gelatina se disuelva. Por tanto, retiramos del fuego una vez caliente, escurrimos muy bien las hojas de gelatina y las agregamos a la nata. Removemos hasta que se disuelvan por completo y reservamos.
6. En un bol, ponemos el queso crema con el zumo de lima, la ralladura y las gotas de aroma de ron y mezclamos con una espátula o con unas varillas manuales, lo que nos resulte más cómodo.
7. Vertemos sobre el queso la mezcla de la nata que teníamos reservada y lo integramos todo muy bien, procurando que no quede ningún grumo. Para esto, recomiendo mejor las varillas manuales.
8. Sacamos el molde de la nevera y, con cuidado, vertemos la mezcla sobre la galleta. Podemos darle unos golpecitos contra la encimera para quitar las burbujas que pudieran salir, pero yo decidí dejárselas porque así "simulan" las propias burbujas de un mojito real.
9. Volvemos a meter en el frigorífico durante al menos 6 - 8 horas. Yo hice la tarta el día anterior, por lo que si podéis hacerla con un día de antelación mucho mejor.
10. Finalmente, podéis decorarla con hojitas de menta o hierbabuena, rodajas de lima, etc...


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