La naturaleza siempre nos ofrece alimentos que son una verdadera fuente de salud, como es en el caso de las espinacas y la quinoa, y si ya las juntamos, obtendremos una combinación asombrosa de nutrientes altamente beneficiosos. Ambos tienen componentes similares, además de sus particularidades.
En el caso de la quinoa, o quinua, estamos ante un conocido como "superalimento" del que podemos encontrar tres variedades: la quinoa blanca, la más común y que posee un bajo nivel de carbohidratos; la quinoa roja, con un nivel más alto de carbohidratos, por lo que es muy apreciada por deportistas; y la quinoa negra, con propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes.
Entre las propiedades de la quinoa encontramos que es una fuente natural de minerales como el calcio, el hierro y el magnesio, además de poseer hasta un 23% de proteína. También contiene vitaminas B1, B2, C y E y gran cantidad de Omega 6. Es además un cereal libre de gluten, rico en fibra que ayuda a controlar el tránsito intestinal y antioxidantes, con un bajo índice glucémico (ideal para diabéticos y para hacer dieta o mantener el peso) y ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre.
Por su parte, las espinacas, también contienen vitaminas y minerales, tales como A, B1, B2, C, K, calcio, fósforo, hierro, ácido fólico, magnesio, zinc y betacarotenos. También ayuda a controlar la diabetes a través del ácido alfalipoico, que aumenta la sensibilidad a la insulina. Su fibra también ayuda a controlar el tránsito intestinal.
Pero, ¿en qué nos benefician todos estos nutrientes? Seguramente conocemos ya las propiedades del calcio para los huesos y del hierro para la anemia. La vitamina C, además de ayudarnos a prevenir los resfriados, también actúa en la absorción del hierro y es importante para la reparación de los tejidos.
Las vitaminas del grupo B, en este caso, B1 (tiamina) y B2 (riboflavina), ayudan a obtener la energía de los alimentos y a formar glóbulos rojos.
La vitamina K es la conocida como vitamina de la coagulación, por lo que es importante para evitar hematomas y hemorragias en la medida de lo posible.
El ácido fólico es muy conocido por las mujeres embarazadas ya que ayuda a prevenir la malformación fetal, y el zinc interviene en la formación de los huesos.
La vitamina E es un potente antioxidante que protege contra la formación de radicales libres, al igual que los betacarotenos. Los radicales libres dañan las células y los tejidos por lo que se los relaciona con el envejecimiento e incluso la formación de cáncer. La vitamina E también es una gran aliada de nuestro sistema inmunológico al hacer frente a virus y bacterias y participar en la formación de glóbulos rojos.
Finalmente, el magnesio es conocido por sus propiedades que ayudan al normal funcionamiento y mantenimiento de huesos, músculos y sistema nervioso, a disminuir la fatiga y el cansancio, además de reducir la presión arterial, por lo que puede ayudar en el caso de padecer migrañas.
Si a todo esto, le añadimos otros ingredientes, como en este caso, los tomates, las nueces y el aceite de oliva virgen extra, el resultado es un plato sumamente saciante, ideal para controlar el peso, o incluso hacer dieta y que además nos aporta en un sólo plato muchos de los nutrientes que necesitamos cada día para alimentar a nuestro organismo.
Y ahora sí, os dejo con la receta, de la que por cierto, las cantidades son al gusto, salvo por la quinoa, que hay que respetar su proporción con el agua para cocinarla correctamente, al igual que la vinagreta, para que salga perfecta.
Ingredientes: (2 personas)
- Brotes de espinacas baby
- Media taza de quinoa blanca
- 1 taza de agua
- Un chorro de zumo de limón
- Una cucharadita de sal para cocer la quinoa
- Tomatitos cherry (en este caso utilicé de la variedad kumato)
- Para la vinagreta: 6 cucharadas de aceite de oliva, 2 cucharadas de vinagre, media cucharadita de sal y un puñado de nueces
Elaboración:
1. Empezamos preparando la quinoa, para lo cual, la lavaremos muy bien, hasta que el agua salga limpia, para eliminar las saponinas.
2. Una vez limpia, la pondremos en un cazo u olla pequeña,junto con la taza de agua, el zumo de limón y la cucharadita de sal. Removemos y lo llevamos a ebullición. Cuando rompa a hervir, bajamos un poco el fuego y lo dejamos cocer unos 15 minutos o hasta que se consuma el agua por completo. Apartamos y dejamos enfriar.
3. Por otro lado, preparamos la vinagreta: en el vaso decuchillas de la batidora ponemos el aceite, vinagre, sal y nueces y batimos hasta que las nueces queden picaditas pero no sea totalmente un puré.
4. Sobre unplato o fuente, pondremos los brotes de espinacas ya lavados y los tomates cherry, también lavados y cortados por la mitad o en cuartos.
5. Ponemos la quinoa sobre las espinacas y regamos con la vinagreta y ya lo tendríamos listo!
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