Hacer macarons es una cosa muy delicada que muchas veces nos da miedo hacer, ya que lleva su tiempo y luego nos da rabia haber empleado tiempo y materiales para que no nos salga... Los trucos son sencillos y si seguimos bien los pasos no habrá ningún problema. En esta ocasión la receta es con merengue francés, pero también se puede hacer con merengue italiano (que a mí me gusta más porque me tarda menos tiempo en secar).
Por mi experiencia os puedo decir que lo de usar claras "viejas" o directamente sacadas del huevo no influye en el resultado. Podéis tenerlas envejeciendo un par de días en la nevera si queréis, pero si se os ha olvidado o no habéis tenido tiempo, podéis usarlas directamente. Lo que sí os recomiendo, ya que yo lo hago siempre, es tenerlas a temperatura ambiente, para que pierdan el frío y el vaho que se pueda formar y no impida que los macarons tarden siglos en secarse...
Ingredientes para los macarons:
- 3 claras de huevo (yo las uso siempre de tamaño L).
- 100 gramos de harina de almendra o de almendra en polvo.
- 200 gramos de azúcar glass.
- 50 gramos de azúcar blanco normal.
1. Tamizamos la almendra por un lado y el azúcar glass por otro, aunque os confieso que a veces lo tamizo todo junto una sola vez y el resultado es igualmente bueno... Reservamos.
Tamizando la almendra
Tamizando el azúcar glass
Tamizando la almendra y el azúcar glass juntos
3. Echamos sobre el merengue la mezcla de almendra y azúcar glass de golpe, ¡sin miedo!
4. Mezclamos con una espátula haciendo movimientos envolventes y de atrás hacia delante, como si estuviéramos pintando con una brocha.
5. Después, al ser los macarons de naranja (aunque esto es opcional), echaremos colorante naranja en gel o en polvo (no en líquido porque nos cambiaría la textura y nos saldría la masa líquida...). Sólo echamos el colorante, ya que el sabor a naranja se lo daremos al relleno ¿por qué? Muy sencillo: si usamos aromas de los que vienen en botecitos, o incluso, zumo natural, nos pasaría lo mismo que con el colorante líquido, nos cambiaría la textura, y si son de los de tipo oleoso o concentrados harán que los macarons tarden horas y horas en secarse, para después no subir nada en el horno y quedarse por dentro como un chicle pegajoso (os hablo desde la experiencia...).
6. Una vez teñida nuestra masa, la pondremos en una manga pastelera con una boquilla redonda lisa (por ejemplo, la número 10 de Wilton). Pondremos un papel de horno sobre la bandeja o una lámina de silicona y haremos círculos de la siguiente manera:
De forma alterna, para que el aire del horno circule libremente entre ellos. He querido hacer de forma exagerada los picos que veis en los macarons para que veáis la forma de retirar la manga cuando pongamos la masa: haciendo un movimiento en el sentido del reloj (contrario o no, es indiferente) sin apretar la manga y alrededor del borde, para que el pico no nos quede en todo el centro, aunque de todas formas, si la masa está como tiene que estar, con el siguiente paso debería arreglarse lo del pico y quedarse una superficie lisa: tendremos que dar unos cuantos golpes con la bandeja encima de la mesa, así saldrán a la superficie las burbujas de aire que pueda haber dentro.
7. Tras esto, los dejamos secar hasta que al tocarlos no se nos manche el dedo, que suele ser un tiempo estimado de una a dos horas...
8. Cuando al tocarlo no nos manchemos, precalentamos el horno a 150º C y metemos los macarons en la parte media-baja del horno, con calor arriba y abajo y sin aire y los tendremos 10 minutos.
Macarons en el horno...
¿Veis como se forma el "pie"? Cuando nos sale por primera vez después de muchos intentos fallidos es una alegría enorme!
9. Cuando pasen los 10 minutos, yo suelo apagar el horno y dejarlos 5 minutos más, después los sacamos y los dejamos enfriar un poco antes de quitarlos de la bandeja. Ya sólo nos queda hacer el relleno...
Ingredientes para el relleno:
- Crema de chocolate tipo Nocilla/Nutella.
- Aroma de naranja.
1. Tan sencillo como estos dos ingredientes para rellenar nuestros macarons. Mezclamos ambos y los rellenamos una vez fríos y ¡listo!
Y bueno, para que veáis que no es oro todo lo que reluce y que no siempre me sale todo lo perfecto que quisiera, aquí os dejo la foto de algunos que se agrietaron en el horno...
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