Esta es una de esas recetas que nacen de un "a ver, ¿qué tengo en la nevera?", y si hay queso de untar... pues cheesecake! Y además sin horno, que a las puertas del mes de julio se agradece...
El molde que he usado es uno desmontable de 18 cm de diámetro, para que os hagáis una idea.
Ingredientes:
- Medio paquete de galletas tipo María
- 100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 8 láminas de gelatina
- 1 vaso de leche (250 ml)
- 100-150 gramos de azúcar (al gusto)
- 1 yogurt natural (puede ser azucarado)
- 200 gramos de queso crema (tipo Philadelphia)
- Mermelada de fresa para decorar (o al gusto)
Elaboración:
1. Ponemos las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten.
2. Mientras, trituramos las galletas hasta pulverizarlas y lo mezclamos con la mantequilla.
3. En el fondo del molde ponemos un círculo de papel de hornear y volcamos sobre él la mezcla de polvo de galleta. Alisamos la superficie con ayuda, por ejemplo, de un vaso, e intentamos subir un poco de la galleta por el borde del molde, para que después quede con un aspecto un poco rústico. Reservamos.
4. Aparte, mezclamos la leche con el yogurt y el azúcar hasta que no queden grumos y lo ponemos a calentar hasta que veamos que el azúcar se ha disuelto (vigilando que no hierva).
5. Retiramos del fuego y añadimos el queso, mezclando bien.
6. Finalmente, escurrimos bien las láminas de gelatina y las agregamos a la mezcla, removiendo bien hasta que estén disueltas.
7. Vertemos la mezcla en el molde y ponemos por encima algunas cucharadas de mermelada. Con la punta de un palillo o brocheta dibujamos sobre la mermelada espirales, círculos... para darle un pequeño efecto "marmolado".
8. Dejamos que cuaje en el frigorífico antes de desmoldar y disfrutar!
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