Gnocchi de calabaza con portobello y queso trufado

 


La verdad es que nunca había hecho gnocchi caseros, aunque siempre he querido hacer los clásicos, los de patata, pero ya que estamos en temporada de calabaza, ¿qué mejor que aprovechar y hacerlos así? Además, también es tiempo de setas, aunque actualmente podemos encontrar ambos ingredientes todo el año, pero en otoño es cuando mejor están por ser su época...

La historia parece remontarse hasta el siglo VIII, cuando un joven médico, llamado Pantaleón, se convirtió al cristianismo y viajó por Italia haciendo curaciones, por lo que después fue canonizado como San Pantaleón.
Un día 29 de julio pidió pan a unos campesinos y éstos le invitaron a comer, por lo que Pantaleón profetizó un buen año de cosecha.

Es por ello que se recuerda este día comiendo unos sencillos gnocchi, en honor a esa comida humilde que, por aquel entonces, no eran de patata, sino algo parecido hecho con harina, agua y huevo.
La patata no llegaría a Italia hasta el siglo XVI, tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la importación de nuevos productos. Actualmente, podemos encontrar gnocchi en sus versiones más variopintas por toda la geografía italiana.

Ingredientes (4 personas):
- 1 calabaza pequeña o media grande del tipo cacahuete
- 250 gramos de champiñones portobello
- 1 huevo
- Harina (aprox. la mitad que de calabaza después de asar)
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva
- Ajo y perejil deshidratados
- Un chorrito de vino de cocinar
- 200 ml de nata líquida
- Queso de oveja con trufa (o al gusto)

Elaboración:
1. En primer lugar vamos a asar la calabaza, para ello, la abrimos por la mitad y la ponemos en la bandeja del horno, con un chorrito de aceite y un poco de sal.
2. La horneamos a 180° C durante unos 45-60 minutos, dependiendo de cada horno.
3. La sacamos y la dejamos enfriar un poco, para no quemarnos las manos...
4. Estando ya templada, extraemos toda la pulpa con ayuda de una cuchara, saldrá con mucha facilidad, y la ponemos en un bol.
5. Agregamos el huevo, sal y pimienta al gusto, y añadimos harina poco a poco, aproximadamente la mitad del peso de la calabaza que nos haya salido después de asarla. En mi caso salieron unos 400 gramos de calabaza, y usé unos 250 gramos de harina, lo fui echando poco a poco, ya que unas harinas absorben más líquido que otras... Pero tampoco hay que pasarse, para que después no queden duros, por lo que habrá que dejar la masa blandita, que apenas se pegue a las manos .
6. Una vez hecha la masa la dividimos en unas 4 o 6 porciones, y hacemos unos rulos con ellas sobre la mesa, y los cortamos en porciones de unos 2 cm aproximadamente. Si tenemos una pala para hacer gnocchi estupendo, si no, podemos usar la esterilla de hacer sushi, o si no, le damos forma de bolitas con las manos y ya está.
7. Ponemos a cocer abundante agua con un poco de sal y cuando comience a hervir, echamos los gnocchi. Estarán listos cuando floten en el agua. Los retiramos y reservamos.
8. Aparte, en una sartén, ponemos un poco de aceite y añadimos los portobello limpios y cortados en láminas o en trozos. Añadimos un poco de sal, ajo y perejil deshidratados y dejamos que se rehoguen hasta que se queden a la mitad de volumen.
9. Añadimos el vino y dejamos que evapore el alcohol. Agregamos entonces la nata y el queso en trozos, y salpimentamos al gusto.
10. Cuando el queso se haya fundido, añadimos los gnocchi, damos un par de vueltas y servimos.



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