Carpaccio de calabacín con vinagreta de frambuesa, tomate y ajo negro

 


Tengo que confesar que en un principio, desde hace años, me parecía raro comer el calabacín crudo, pero después de probar esta receta la verdad es que estoy muy a favor...

Cierto es que las laminas son muy finitas y que apenas tienen sabor, pero la potencia en el paladar llega gracias a la vinagreta.
No podía poner un tomate concassé de cualquier manera, así que pensé en ponerle una vinagreta un poco diferente que, además, le aportase un contraste de color, y ahí fue donde me vino a la cabeza el ajo negro, que me chifla.

También podríais hacer el contraste con algún elemento de color blanco, como unas gotas de mayonesa o unas lascas de parmesano, por ejemplo.

No doy cantidades porque es un poco "a ojo", lo que vayáis viendo que cabe en cada plato, tanto si es individual o para compartir.

Ingredientes:
- Calabacín pequeño (para que tenga menos semillas)
- Tomate maduro
- Dientes de ajo negro
- Perejil fresco para decorar

Para hacer la vinagreta usaremos estas proporciones:
- Tres partes de aceite de oliva
- Una parte de crema balsámica de frambuesa (o el vinagre que más nos guste)
- Sal al gusto

Elaboración:
1. Si tenemos una mandolina será mucho más cómodo, si no, usaremos un cuchillo bien afilado. Cortamos rodajas muy finas, casi transparentes, del calabacín y lo disponemos en el plato de presentación.
2. Cortamos el tomate en concassé (cubitos muy pequeños) y picamos los dientes de ajo. Ponemos todo en un bol y añadimos sal al gusto.
3. A este bol le ponemos las tres partes de aceite por una de crema balsámica de frambuesa (o el vinagre que elijamos) y mezclamos todo muy bien.
4. Repartimos esta vinagreta por encima del calabacín y terminamos decorando con las hojas de perejil.

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