Alfajores de dulce de leche


Los alfajores rellenos de dulce de leche , o alfajores de maicena, son un postre muy difundido en Latinoamérica, concretamente en Argentina, cuyo origen proviene de los alfajores de la cocina andalusí que los españoles llevaron en sus naves a América, cuyas primeras referencias escritas los sitúan en Venezuela y Perú (Fray Pedro Simón, Primera parte de noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las Indias Occidentales, 1627) y que en España ya se menciona en el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1599). El Tesoro de la Lengua Castellana de Covarrubias (1611) lo describe de la siguiente manera:


Francisco Figueras Pacheco, en su obra La sabrosa historia del turrón y primacía de los de Jijona y Alicante (Ed. Renacimiento, Sevilla, 2005, Cap. VI, pág. 45-48) también nos habla sobre el origen y viaje a tierras italianas de estos dulces:
"(...) se elaboraba ya en España, otra golosina que bien pudo tener el mismo origen que los turrones de Alicante y hasta ganarles en antigüedad. Entraban en su composición entre otros ingredientes, la miel, los piñones, las nueces, las almendras y el pan duro a más de la canela, el clavo y el anís, con que se solía aromatizar. Esta mezcla que aún no parece haberse olvidado en Andalucía, se llama ajalú o alfajor, nombres que revelan a todas luces, su ascendencia árabe (...) El ajalú, llevado sin duda a Italia por los Borjas valencianos, tuvo allí una buena época."
Alfajores de Medina Sidonia
(imagen de eldiario.es)


Como vemos, esta descripción corresponde a los alfajores navideños típicos del sur de España, los cuales tienen poco que ver con estos argentinos rellenos de dulce de leche, aunque en estética sí podemos asemejarlos a los de Valverde del Camino (Huelva). Según el Código Alimentario Argentino: "se entiende por Alfajor el producto constituido por dos o más galletitas, galletas o masas horneadas, adheridas entre sí por productos, tales como mermeladas, jaleas, dulces u otras sustancias o mezclas de sustancias alimenticias de uso permitido. Podrán estar revestidos parcial o totalmente por coberturas, o baños de repostería u otras sustancias y contener frutas secas enteras o partidas, coco rallado o adornos cuyos constituyentes se encuentren admitidos en el presente Código" (art. 761 bis).

La primera vez que yo probé estos alfajores de dulce de leche fue en la I Feria de Repostería de Málaga (13 y 14 de abril de 2013, donde participé con un stand), allí las chicas de SmartCake (Las Rozas) me regalaron una bolsita para probarlos y claro, tenía que hacerlos! Así que cogí mi receta de las galletas de mantequilla y la modifiqué en parte. Sólo queda decir que, dependiendo del tamaño de las galletas, os saldrán unas 30 unidades aproximadamente.

Cartel promocional de aquella feria

Ingredientes:
- 150 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 150 gramos de azúcar blanco
- 1 huevo
- 150 gramos de harina normal
- 150 gramos de maicena o almidón de maíz
- 1 cucharadita de levadura (5 gr)
- Gotas de esencia de vainilla clara
- Pizca de sal
- Dulce de leche para el relleno
- Coco rallado para finalizar

Elaboración:
1. Si disponemos de un robot de cocina nos resultará más sencillo, si no, también podemos hacerlo a mano, aunque nos costará un poquito más. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una crema blanquecina.
2. Agregamos el huevo y continuamos batiendo hasta integrar completamente. Añadimos entonces la vainilla.
3. Tamizamos las harinas con la levadura y la sal y lo agregamos a la masa, mezclando con una espátula.
4. Hacemos una bola con la masa y la envolvemos en papel film para refrigerarla en la nevera al menos una hora.
5. Pasado este tiempo, precalentamos el horno a 180º C y estiramos la masa con un rodillo sobre una superficie enharinada hasta dejarla de un grosor aproximado de 1 cm. Con un cortador redondo de unos 2 ó 3 cm de diámetro, cortamos las galletas y las colocamos en una bandeja forrada con un papel de hornear.
6. Horneamos las galletas 10-12 minutos (hasta que los bordes comienzan a tomar color).
7. Las sacamos con cuidado, ya que aún estarán blandas, y las dejamos enfriar sobre una rejilla.
8. Una vez completamente frías, las rellenaremos a modo de sándwiches con el dulce de leche y pasaremos los bordes por el coco rallado (aunque esto último es opcional).

Notas:
- Para guardarlos, podemos utilizar una caja de lata o un recipiente hermético, o incluso en una campana de cristal.
- Si el dulce de leche es comprado, podremos conservarlas a temperatura ambiente un par de días. Si es casero, conviene guardarlas en la nevera, por espacio de tres o cuatro días.

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